Foro de reflexión sobre el TTIP y sus consecuencias para el mundo rural.
El pasado 14 de noviembre tuvo
lugar, en el Centro de Interpretación de Monleras, una jornada de reflexión
sobre el TTIP convocada por Escuelas Campesinas de Salamanca y Adecasal.
El
ponente invitado para esta reflexión fue Óscar Herrero, de la Unión de
Campesinos de Castilla y León, que dirigió a los asistentes la conferencia
titulada "El TTIP y sus consecuencias para el mundo rural".
La organización de la jornada ha
hecho pública la siguiente nota de prensa:
Escuelas Campesinas de Salamanca
y Adecasal convocan un foro de reflexión sobre el TTIP y sus consecuencias para
el mundo rural.
El TTIP, acuerdo de libre
comercio entre EEUU y la UE, que se está negociando con absoluto secretismo y
de espaldas a los ciudadanos e instituciones democráticas, supondrá una vuelta
de tuerca más en la implantación de un sistema económico neoliberal que
beneficia solo a las grandes corporaciones multinacionales. Pero, además, allanará el camino para un recorte drástico
de los derechos sociales que actualmente los Estados salvaguardan y protegen,
tales como la educación o la sanidad, que se convertirán en lucrativos
negocios, así como para la supresión de las políticas que garantizan los
derechos laborales, la seguridad alimentaria, la protección medioambiental o la
lucha contra el cambio climático, entre otras, puesto que son contrarias a la
rentabilidad económica que se busca. Y, por si fuera poco, implantará unos
nuevos mecanismos de regulación de normativas,
generación de leyes y constitución de tribunales, donde las grandes
multinacionales tendrán más capacidad de decisión que los propios Estados, que
blindarán los intereses económicos del gran capital, escapando al control
democrático por parte de los poderes públicos.
Para el mundo rural significa la
apuesta pura y dura por un modelo de producción agro-industrial dominado por un
grupo muy reducido de poderosísimas corporaciones multinacionales que controlan
la producción y distribución de alimentos y semillas (Monsanto, Nestlé,
Coca-Cola, …), un modelo globalizado que concibe la agricultura como un negocio
muy rentable y el control de los alimentos como un mecanismo de dominación, un
modelo de agricultura especulativa sin agricultores ni agricultoras, al margen
de la vida de los pueblos y la cultura rural. Todo aquello que mantiene vivo el
mundo rural, la agroecología, los alimentos de calidad, los mercados locales,
los saberes y sabores de la tierra, la diversidad cultural, las personas que
mantienen viva la memoria del pueblo, todo eso no interesa lo más mínimo cuando
se trata de implantar un modelo uniforme de negocio a escala global.
Pero las repercusiones son
igualmente nefastas para el mundo urbano. Los ciudadanos de a pie, tanto los
que vivimos en los pueblos como los habitantes de las ciudades, somos los
grandes perdedores. De ahí la necesidad y el llamamiento a tender puentes y
establecer alianzas entre el mundo rural y el mundo urbano. La conciencia
crítica y la resistencia organizada son nuestras únicas armas para hacer frente
al TTIP. Lo tenemos todo en contra: la mayoría de las fuerzas políticas, en
Europa en general y en España en particular, apoyan, abiertamente o de forma
ambigua, la firma de los acuerdos del TTIP, quizá porque cuentan con el desconocimiento
y la despreocupación de los ciudadanos a los que dicen representar. Solo si
despertamos y tomamos conciencia de adónde nos pretenden llevar, solo si somos
capaces de unirnos y coordinarnos en redes, movimientos sociales y plataformas
de defensa de los derechos sociales y humanos que están en juego, solo así
lograremos parar el TTIP. Aún estamos a tiempo.
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