Celebramos el Día Internacional de la Mujer, reuniéndonos de nuevo de manera presencial tras dos largos años en que la pandemia ha marcado un ritmo inesperado a la vida comunitaria.
Hoy queremos tener presentes de manera especial:
- A las mujeres cuidadoras, las que aseguran los cuidados de la vida, cuyo trabajo muchas veces no es valorado ni siquiera reconocido. Mujeres que en demasiadas ocasiones por motivo de la pandemia han tenido que abandonar el trabajo, recortar sus salarios, disminuir su presencia pública o replegarse en el hogar.
-A las mujeres de nuestro mundo rural, donde los patrones patriarcales aún siguen siendo muy fuertes y se hace más difícil alcanzar el pleno desarrollo como mujeres en los ámbitos social, laboral, político y económico o cultural.
-A las mujeres amenazadas por la agresión y la violencia que destruye la vida, los sueños y la esperanza. Tenemos presentes de modo especial a las mujeres ucranianas golpeadas sin piedad por la monstruosidad de la guerra, a las mujeres exiliadas y refugiadas que huyen del horror de otras guerras silenciadas.
-A las mujeres que en muchos lugares, también en nuestro país, sufren discriminación, exclusión, maltrato o estigma por su condición de mujeres.
En este Día en que nos hacemos más conscientes de que aún queda mucho camino por recorrer hasta alcanzar la plena igualdad, reivindicamos el protagonismo de las mujeres para transformar nuestra sociedad y nuestro mundo desde otros valores que el feminismo subraya, como son el respeto, la acogida, la solidaridad, la protección o la ternura.
Y, por último, declaramos nuestro compromiso común para desterrar las estructuras patriarcales y capitalistas de expolio y dominación, en orden a dar cabida a modelos sociales, políticos y económicos más igualitarios y centrados en el cuidado de la gente, de la tierra y de la vida.
Las imágenes son cortesía de Fátima Martín Zarza
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