María, que nos acompañó durante más diez años y creó escuela con su entrega y su manera de trabajar, nos visitó hace unas semanas y no pudo contener la emoción al traspasar las puertas del Centro de día.
Paula, nuestra terapeuta ocupacional en el último año, nos tuvo que dejar de un día para otro, sin ni siquiera poder despedirse personalmente, para incorporarse a una plaza en el Centro del Alzhéimer de Salamanca que le garantizaba una continuidad y una promoción profesional que no podía dejar pasar de lado. Todos lo hemos sentido mucho –las personas mayores que acuden al Centro las que más– y también ella, que se sentía muy identificada con el proyecto de Escuelas Campesinas. Este es su mensaje de despedida a través del whatsapp:
Te escribo para que le comentes al grupo un poco lo q ha pasado, aunque ya os lo dirá Juanje, pero creo que merecéis una explicación por mi parte.
De un día para otro me salió una oferta de trabajo, acudí a la entrevista y bueno, sin pensar en ningún momento en dejar el centro, me cogieron y me mejoraron las condiciones… Una oportunidad que no podía dejar pasar.
Pediros perdón a todos por dejaros de un día para otro y por no despedirme (me vine llorando todo el camino a casa).
Te escribo para que le comentes a todos esto de mi parte. Quería acercarme un día a veros, despedirme en condiciones y dejar las cosas bien hechas, que me fui con muy mal sabor de boca.
Espero que me entendáis, ¡ha sido más que un placer trabajar con vosotros!
Para cualquier cosa aquí estoy, ¡no os olvidéis!
Pero de inmediato hemos encontrado a otra profesional que se incorpora con muchísima ilusión y ganas de hacer bien su trabajo. Su nombre es Cristina Rodríguez y viene desde Carbajosa de La Sagrada. Le damos la bienvenida y estamos seguros de que sabrá transmitir a los grupos de personas mayores su alegría y vitalidad.
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