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lunes, 8 de septiembre de 2025

“Salvemos el mundo rural agredido” lanza su manifiesto previo y sigue sumando adhesiones para la manifestación

 


El objetivo de este documento es dar a conocer las motivaciones que llevarán a los colectivos convocados a manifestarse el próximo 5 de octubre.

El movimiento social “Salvemos el mundo rural agredido” ha hecho público recientemente su manifiesto previo con el fin de dar a conocer a la ciudadanía en general los motivos por los que más de 400 colectivos saldrán a las calles de Madrid el 5 de octubre.

Su coordinadora, formada por representantes de las diferentes reivindicaciones que se presentan, han estado durante este verano avanzado en los preparativos para la celebración de la manifestación, la cual discurrirá entre la Plaza de Colón y la de Neptuno, pasando por Paseo de Recoletos, Plaza de Cibeles y Paseo del Prado.

El mencionado manifiesto es un documento que recoge las distintas reivindicaciones de los colectivos convocantes que lanzan unidos una protesta dirigida directamente al Gobierno de la Nación y a los gobiernos de las comunidades autónomas, responsables de la situación que vive en la actualidad el mundo rural.

El texto hace un balance previo de lo poco o nada que se ha avanzado desde que en 2019 la Revuelta de la España vaciada saliera a las calles de Madrid para protestar por el abandono institucional de los territorios despoblados, ya que “no se han adoptado medidas coherentes y efectivas que reviertan el proceso de pérdida de población, ni se han aprovechado los fondos de la Unión Europea para hacer frente al desequilibrio territorial y a las desigualdades del mundo rural”.

Los convocantes critican que los fondos europeos se hayan utilizado en proyectos extractivistas “disfrazados como exigencias de la transición energética o de interés estratégico, y que solo contribuyen a la despoblación, la desigualdad, y la destrucción del espacio natural y nuestra soberanía alimentaria”, convirtiendo el mundo rural en “territorio de sacrificio”.

Las reivindicaciones se centran en tres grandes ejes: la denuncia a las agresiones sufridas por el territorio rural; la exigencia de un cambio en las políticas que afectan al mundo rural; y la propuesta de medidas que protejan los ecosistemas naturales y sociales del mismo.

Son varias las luchas que los movimientos ciudadanos están llevando a cabo, y que el manifiesto recaba organizadas por sectores. Por un lado, se combaten los proyectos de macrorrenovables, que invaden el paisaje “con centrales fotovoltaicas y eólicas de dimensiones descomunales al amparo de una supuesta transición ecológica que no respeta ni el patrimonio natural ni los sectores económicos del medio rural, como la agricultura, la ganadería o el turismo rural”.

En esa invasión se encuentran también, por un lado, los cientos de proyectos de centrales de biogás y biometano que sumergirá a la España vaciada, según apuntan, “en un círculo vicioso” de producción de más residuos contaminantes para la obtención de más energía destinada a la demanda extranjera. Y, por otro lado, las macrogranjas, modelo de producción agroindustrial dependiente del mercado global y altamente contaminante, que pone en serio peligro los recursos hídricos y afectan a la salud. Ante ambos modelos se pide el respaldo a la agricultura y ganadería familiar y sostenible, “ganadería extensiva crucial para el cuidado del monte y la prevención de incendios”, y que permitirá garantizar una soberanía alimentaria de calidad y una economía circular.

Otro de los pilares del manifiesto, íntimamente ligado a las dos reivindicaciones anteriores, así como al sector de la minería, a los centros de datos y al turismo insostenible, es el uso descontrolado de los recursos hídricos. La denuncia se centra en la presión ejercida sobre el agua “en beneficio de producciones intensivas que destruyen los ecosistemas y contaminan los acuíferos”.

Por su parte, los colectivos que están en contra del extractivismo minero a gran escala que busca hacerse con el control de los minerales y tierras raras necesarios para las nuevas industrias tecnológicas y energéticas, denuncian que se están destruyendo paisajes, contaminando acuíferos, esquilmando recursos, sin tener en consideración la “minería urbana” como forma avanzada de reciclaje y recuperación de materiales.

Así mismo, aunque no es la primera vez que se aboga por ello, en el contexto actual toma más relevancia la exigencia de un “incremento de presupuesto y dotaciones de los efectivos antiincendios, la no privatización de estos recursos y una planificación de prevención de incendios anual y estructurada”.

Pero además de estos ataques directos a los recursos naturales del mundo rural, se hayan en el manifiesto otras demandas asociadas al abandono institucional en materia de servicios públicos (sanidad, educación, transporte público…); en infraestructuras (carreteras y ferrocarril), “vías de comunicación en los territorios de la España vaciada planificadas desde hace décadas”, que faciliten su desarrollo en igualdad de condiciones y no la condenen al desequilibrio territorial; así como la exigencia de políticas en vivienda para el territorio rural, que favorezcan el asentamiento de nuevos pobladores y la emancipación y retorno de población joven.

El manifiesto, el formulario para la adhesión de más colectivos, y el modo de adquisición de bonos para colaborar con los gastos se pueden encontrar en su blog www.salvemoselmundorural.com




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